About Deculturalization

Desde el momento que dos personas se juntan, es totalmente necesario crear una serie de reglas de interacción. Esto, en suma, es una forma de generación de una cultura. En primera instancia, para poder entender el concepto de desculturalización, es primero necesario entender el concepto de cultura y establecer una base. Para ello vamos a usar la definición de la Real Academia Española que dice así:

The way of life, especially the general customs and beliefs, of a particular group of people at a particular time

Culture, Cambridge Dictionary

Por otro lado, aparece otra aceptación que no difiere mucho de esta y define lo que la RAE denomina: “cultura popular

Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

Cultura, Real Academia Española

Siendo un conjunto de manifestaciones dicho de otra manera, esas “costumbres” que plantea la primera definición. Obviamente estas definiciones son muy generalistas, y tratan de cubrir en un espectro amplio una concepto tan complejo, como es este, más propio de una definición extensa como la de Wikipedia.

Pero es interesante destacar esto, dado que en cierto modo, una cultura puede definirse en gran escala (algo que atañe a un pueblo o una civilización entera), o algo que atañe a solo dos personas. Al final de cuentas, la cultura es el conjunto de modos o formas de interrelación humana.

La Escuela Cínica y la cultura

La Escuela Cínica hace una crítica muy fuerte de la cultura, y en cierto grado podrían considerarse, a nivel filosófico, los pioneros en trabajar el concepto de la desculturalización. La desculturalización no consiste en inhibir la cultura al completo. Dado que, como se ha venido indicando al inicio, en el momento que dos personas se juntan, la cultura se establece.

Pero queremos entender que el formato o modo que se ha desarrollado en la cultura, tal y como la conocemos hoy, es de alguna forma, poco natural lo que viene derivando en un alto grado de desrealización, y lo más importante, esclavitud, ya no tanto con las fuerzas de poder, sino con cada uno de nosotros: la cultura fomenta que creemos nuestra propia cárcel. Y parece que venía siendo así ya desde varios cientos de años atrás, como expresan los textos que encuadran y reflejan los avatares de esta Escuela.

Grados de irradiación cultural

Es curioso observar, como en cierta medida, no todo el mundo parece irradiado por el mismo nivel de “culturización”. Múltiples personas que viven inmersas en una misma cultura, parece que no se rigen por los mismos modos, ni aceptan, a priori, las supuestas “bondades” que la cultura aplica.

Para entender el concepto de irradiación cultural, vamos a plantear una escala del 0 al 10, siendo el 0 la nula irradiación, es decir, una persona que literalmente rechaza absolutamente todos los preceptos de una cultura particular, y el 10, sería la máxima sintonía con la cultura, es decir, una persona que acepta y acata todo y cada uno de los preceptos de dicha cultura.

En una cultura como la llamada “occidental”, que contempla todos los países Europeos y prácticamente todo el continente Americano (al menos entorno a los núcleos urbanos), las máximas o modos culturales que se establecen son muy parecidos. Principios de necesidad de supervivencia y seguridad, junto a la autorrealización a través del consumo son las máximas fundamentales para un ciudadano medio. Y al ser un modo, también hablamos de un “status quo”. Aquellos que persigan la misma “línea modal”, piensan que tendrán más facilidades para ser alcanzar la aceptación masiva, algo que a su vez, también es componente indispensable de la cultura.

Dependiendo el grado de irradiación cultural, cada persona individual es posible que “crea” más o menos en este modo cultural, que no debemos olvidar que es totalmente artificial. Para ilustrar un ejemplo en la escala, vamos a plantear algunos arquetipos:

  • Supongamos a una persona, que es demasiado temeraria. Vive la vida recorriendo páramos y realizando actividades de alto riesgo, como la escalada sin elementos de seguridad. Esta es una persona, que, a priori, parece que no valora demasiado las bondades de la cultura occidental que hemos puesto para el ejemplo: facilidades para preservar la supervivencia y su seguridad. En semejante estado marginal de la existencia, cualquier ciudadano medio, al cual le pregunten: ¿por qué crees que esa persona vive así? Seguramente responda una frase tipo: “Es un amante de la adrenalina“. Como si la adrenalina, fuera una forma de droga (que discutiblemente, cualquier químico argumentaría que lo es), y la persona que vive en estas condiciones, requiera una dosis de dicha droga, para poder “prevalecer en esa existencia aparentemente sin sentido al margen de la cultura reinante“. Pero bajo el prototipo de irradiación cultural, podríamos decir que simplemente, esta persona esta muy poco irradiada culturalmente. Es decir, en la nivel del 0 al 10, podríamos decir que a lo mejor ha sido irradiada en un nivel 3.
  • Ahora vamos al polo opuesto: un fanático del orden. Respeta la cultura en todo y cada uno de sus puntos. Tal debe ser así, que claudica ante todo y cada uno de las bondades que supuestamente, esta cultura nos aporta: máxima seguridad y máxima supervivencia. Una cultura que pretende liderar, hacia la vida infinita, y la nunca escasez de recursos. En este escenario máximo paradójico, una persona, que viviera dentro de una burbuja, y que le dispusieran todas las comodidades necesarias para la existencia, sería el paradigma por excelencia. En este caso, hablaríamos de un nivel de irradiación cultural de 9,5.

Es fácil observar que en cierto modo, los niveles de irradiación cultural, son al mismo tiempo, inversamente proporcionales a los grados de libertad. A mayor irradiación cultural, mayor esclavitud con uno mismo. Al igual que no existe el nivel 0, tampoco existe el nivel 10. Pero cada uno de nosotros nos movemos en diferentes niveles.

El proceso de desculturalización

Lo cierto es que los integrantes de la Escuela Cínica, precisamente pretendían alcanzar el mínimo grado de irradiación cultural a través de la realización de ejercicios de desculturalización.

¿En qué consisten los ejercicios de desculturalización? El objetivo es realizar exactamente lo opuesto a lo que entendemos como natural, normal o sano, de manera voluntaria y sin otorgarle un propósito objetivo a dicha ejecución. Esto es lo que denominaban los Cínicos como el ponos y la askesis, es decir el “esfuerzo” y la “preparación” (para una prueba).

¿Cuál es la prueba? La prueba consiste en comprobar el grado de libertad vital alcanzado. O lo que es lo mismo: rebasar las limitaciones autoimpuestas de manera irracional.

Es importante que existan varios factores para que el proceso de desculturalización se produzca:

  • La acción tiene que ser voluntaria. No podemos esperar a que el suceso ocurra. Hemos de generar el suceso proactivamente
  • La acción no debe tener propósito, más allá del mero proceso de desculturalización.
  • La acción debe ser razonable, pero al mismo tiempo debe generar cierto grado de sufrimiento y disconfort. Tiene que ser una acción razonablemente desmotivadora.

Por ejemplo: levantarse a las 5 de la mañana después de haber dormido tan solo 4 horas, para no hacer nada en particular, un día que además, no tenemos que ir al trabajo.

Es importante dejar claro, que no se trata de hacer una penitencia. No es un auto-fustigamiento, aunque puede doler y ser sufrido igual o más que una penitencia. Pero el objetivo es diferente (aunque en cierto grado, es igual). Se trata de entrenar el hábito de la desculturalización, poniendo en duda la necesidad de ejecutar ciertas acciones impuestas por una voluntad cultural mayor, y al mismo tiempo, reforzando nuestra retroalimentación, demostrando, que somos capaces de desafiar nuestras propias limitaciones.

¿Cuáles son esas limitaciones?

La limitación número uno que rige nuestro principio cultural, es la creencia de que no somos capaces de soportar el sufrimiento y la adversidad y por ende, hay que evitarlas a toda costa.

Con los trabajos de desculturalización, precisamente se persigue lo opuesto: inducir pequeños estados crecientes de sufrimiento y adversidad, voluntarios y sin propósito, con el objetivo mayor, de eliminar este principio cultural.

Siguiendo el ejemplo anterior de limitar las horas de sueño, se suele decir: “tengo que dormir bien para rendir bien“. Si rindes mal, de manera voluntaria, al haber dormido mal, y el resultado no es el esperado, entonces se estará induciendo adversidad y sufrimiento. Es en ese momento, una oportunidad perfecta para experimentar algo ¿qué es exactamente lo que ocurre cuando no se rinde bien, voluntariamente?

Esto es importante, porque no es lo mismo no rendir bien por mera casuística, que no dormir bien porque hemos decidido, voluntariamente, ejecutar una acción que, posiblemente, nos impida rendir bien. En el primer escenario, sería un sufrimiento circunstancial, mientras que en el segundo caso, sería un sufrimiento inducido o voluntario.

Y la diferencia más importante, es que lo voluntario, es aceptado. Lo que se acepta con voluntad, retroalimenta nuestra capacidad de generar un hábito, o habituación. Esto es un principio fundamental en el conductismo, y es el mismo principio por el que la operancia es un hecho demostrado y contrastado.

En cambio, si el sufrimiento es circunstancial, ocurre el efecto opuesto: el principio de condicionamiento clásico, causa un repudio hacia la circunstancia y por tanto el condicionamiento. En este caso muy simple: “He dormido mal”, por tanto “rindo mal” y en conclusión, “tengo que esforzarme en dormir bien“. Este “tengo que dormir bien” se instala, como parte del proceso cultural, dado que sistémicamente todo el proceso en la cultura occidental premia el buen rendimiento, que en suma, es equivalente a la campanita de los perros de Pavlov.

Por ende, la pregunta racional es: ¿para qué tengo que dormir bien?

  1. Dormir mal es desmotivador, porque es una causa que genera sufrimiento
  2. Levantarse un domingo, para aquel que trabaja de lunes a viernes, a las 4 de la mañana, parece que no cumple un propósito
  3. Y si además de cumplir el punto 1 y el punto 2, se hace de manera voluntaria, entonces, estaríamos ante un perfecto trabajo de desculturalización.

Programa de desculturalización

Partiendo de estos principios, ¿podríamos crear un programa de desculturalización?

En principio, esto solo radica en meras hipótesis. Partimos de los trabajos documentados de la Escuela Cínica, y de sucesivos autores que vieron en esa escuela una verdadera fuente de inspiración, como fue el caso de Dion de Prusa, Epicteto, Marco Aurelio y Luciano.

A esto tenemos que sumar, que aparentemente, existe una evidencia entre nosotros, de que aquellas personas con un bajo grado de irradiación cultural, parecen ser más libres. O dicho de otro modo, parece que no andan inmersos en un mundo de barrotes invisibles que les acechan por todas partes. Mientras que aquellos que se aferran a los modos de la cultura, suelen ser claros ejemplos de una genuina cárcel de cristal.

Pero más allá de la experiencia pasada, y de lo que podamos haber observado, esto no deja de ser una hipótesis. La cuestión, es que para aquellos avezados a descubrir nuevas vías de existencia, esto podría ser una buena oportunidad para tratar de ver si de una hipótesis, podríamos llegar a entender esto como una teoría.

En principio, sin carácter científico, la propuesta consiste en simplemente desarrollar un programa desculturalización muy sencillo:

  • Ejecutar 4 o 5 ítems diarios que sean considerados trabajos de desculturalización siguiendo las premisas del punto anterior
  • Estos trabajos deben ser nuevos cada día, con un índice de variabilidad máximo. Se pueden repetir a lo largo de una semana a otra, pero a ser posible que nunca vayan en el mismo conjunto, es decir, que no se repitan días con exactamente los mismos ítems, ni que haya dos días con ítems repetidos de un día para otro.

Se entiende, que a más ítems al día, es posible que el progreso sea más acelerado. Lo ideal sería documentarlo. Los ítems y el número de ellos día a día, de manera simple. De hecho, estaría bien ver que clase de trabajos de desculturalización ha realizado cada uno, para ver si son aplicables y reutilizables entre varios.

Esta es una propuesta abierta a discusión y en posible evolución. Conforme surjan nuevas propuestas y escenarios, este mismo documento se irá actualizando para dar a conformar una versión más completa del mismo.

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